Desde hace varios años se analiza el impacto que la tecnología tiene o tendrá sobre el empleo, difiriendo la predicción según el método de análisis que se utilice. Ante estas predicciones se generaron y siguen generando una serie de debates con posturas disímiles que podríamos reducir a dos fundamentales, quienes sostienen que el avance tecnológico es inexorable y que él mismo produce efectos inevitables; y quienes sostienen que la tecnología tiene un innegable impacto, pero que siempre es una herramienta, y que la creación y destrucción de empleos depende de otros aspectos que tienen tanto o más influencia.
En esa misma línea y bajo fundamentos similares, - el impacto de la tecnología en el trabajo-, se presenta la idea de que los trabajos que no son sustituidos por “las máquinas”, o los que crea la tecnología, tienen características muy diferentes a las conocidas. En algunos casos requieren altos niveles de formación y no se desarrollan bajo los formatos clásicos, como era el trabajo de 8 horas en un lugar físico y para toda la vida. Y que las características de dichos nuevos trabajos los ponen fuera de la órbita del derecho laboral, ya que el mismo regula situaciones de otra época.
El paradigma de este “nuevo” trabajo se materializa con el advenimiento del trabajo en plataformas, asentado sobre un modelo de negocios que según sus impulsores, materializa nuevas formas de trabajar no alcanzadas por las regulaciones laborales. No se estaría ante empleadores y trabajadores sino ante emprendedores que realizan trabajo por su cuenta, lo que entre otros aspectos les genera mayor libertad de acción y posibilidades de desarrollo. Sin embargo, en el caso de Uruguay la jurisprudencia es unánime pronunciándose por la dependencia de quienes trabajan tanto en el ámbito del transporte de personas como de mercaderías.
En el presente año 2022 el gobierno remitió un proyecto de ley al parlamento por el cual pretende regular el trabajo realizado en plataformas. Dicho proyecto está a consideración del legislativo sin haber comenzado a tratarse aún. La propuesta ha generado el rechazo de las organizaciones sindicales involucradas, por entender que aún cuando sostiene no pronunciarse sobre el tipo de relación que une a quienes se desempeñan para plataformas digitales, introduce una serie de elementos que debilitan la posición de quienes trabajan, contradiciendo las resoluciones judiciales que le reconocieron el derecho a la protección del derecho del trabajo.